Paseo de sabiduria Estaba nervioso. Por fin, el ansiado día había llegado. Tres días antes, Adrián acudió con sus padres a visitar a su abuelo y éste le prometió llevarlo al domingo siguiente a una divertida excursión al Jardín Botánico.

Esa mañana, se despertó muy temprano y desayunó a gran velocidad.

El timbre de la puerta sonó dos veces y él, contento, se dispuso a abrir. Allí estaba el abuelo con una amplia sonrisa y después de abrazar al niño le dijo:

-Anda, coge la chaqueta, la mochila, lápiz y papel que quiero que tomes notas de unas cuantas cosas que te voy a explicar.

-Vale, espera un minuto, que ya lo preparo y nos vamos.

Una vez que todo estuvo listo, se dispusieron a marchar tranquilamente y disfrutar del agradable día otoñal que amanecía en todo su esplendor. Se dirigieron a una parada cercana de autobús, y tras quince minutos de viaje, ya que el Jardín Botánico se encontraba en la zona norte de la ciudad, llegaron a su destino.

Una vez que pagaron la entrada y estuvieron dentro, el niño no daba crédito a todo lo que estaba viendo. Quedó totalmente fascinado y dijo emocionado:

-¡No lo puedo creer! ¡Esto es el paraíso! No pensé que pudiera existir un lugar tan hermoso como éste.

-Y esto no es más que el principio. Además, aparte de pasarlo bien también vamos a trabajar. Te he dicho que trajeras tu cuaderno porque vamos a coger unas hojas secas que han caído de los árboles. Te contaré algunas curiosidades de ellos y después las pegaremos en una cartulina y haremos un mural.

-¡Fantástico! Pues venga, no perdamos tiempo y empecemos con la tarea.

Así, mientras recorrían una bella zona ajardinada, descubrieron al majestuoso roble y el niño se dispuso a recoger unas hojas del mismo. Igualmente hizo cuando se encontraron a su paso al sauce, al nogal y al arce.

Más tarde, decidieron descansar en un banco cercano a un estanque, y allí, envueltos en el suave trinar de los pájaros y escuchando el suave rumor del agua, el hombre empezó a narrarle algunas curiosidades de los árboles que habían visto. El joven, atentamente, no perdía detalle e iba anotando todo lo que se le iba exponiendo.

-¿Sabías que el roble representa la fuerza y simboliza la vida libre? Seguramente habrás escuchado alguna vez decir:”está más fuerte que un roble”. Además, su madera es muy preciada para la construcción naval y es la mejor para la elaboración de toneles, contribuyendo al sabor y la calidad de los buenos vinos. El más viejo de España fue el célebre árbol de Guernica, que murió en el siglo XIX con más de 1.000 años.

La corteza de sauce, por ejemplo, es un remedio para los dolores y la fiebre. Un conocido médico de la antigua Grecia llamado Hipócrates ya escribió sobre eso. Además…la aspirina se hizo gracias a distintos compuestos que se hallan en la madera de este árbol.

Se asocia con un sentimiento de nostalgia y de amores desgraciados. Su madera se usa para la elaboración de palos de cricket, fósforos, tallas artesanales y cestería.

-Desde luego, abuelo, ¡eres una caja de sorpresas! Ojalá supiera tanto como tú.

-Lo aprenderás, no lo dudes…en la universidad de la vida, que es la mejor que hay.

-Bueno, sigamos…el cultivo del nogal es milenario, ya que se cree que procede de Persia y los romanos lo distribuyeron por la Península. Su madera es muy valorada y fácil de trabajar. De ella, salen mesas, relojes y distintos muebles de alta decoración. También se usó en la Primera Guerra Mundial para la construcción de hélices de aviones. En la antigüedad era considerado símbolo de fertilidad y por ello, era costumbre esparcir sus hojas en las bodas. Y ¡cómo no! Sus sabrosos frutos que te harán cuidar tu corazón y tu piel.

Por último, te hablaré del arce. ¿A qué no sabes que su madera se usa para elaborar bates de beisbol e instrumentos musicales de gran calidad? Sus hojas sirven como pienso para el ganado y sus propiedades medicinales lo hacen especialmente indicado para el cuidado de la piel. Su fruto, la samara, aparece también en esta estación, y al desprenderse, gira con el viento esparciendo las semillas, lo que le da al árbol el popular nombre de helicóptero.

Si quieres saber más…ya vendremos otro día y te comentaré más cosas, que, como apreciarás, tan solo hemos visitado una pequeña parte de las grandes maravillas que habitan aquí.

De vuelta a casa, se pararon a tomar un refrigerio en un bar que había cercano a la casa de Adrián. El abuelo pidió su copita de vino amontillado y el niño un batido.

Entre sorbo y sorbo de este exquisito vino, el hombre fue desgranando sus pensamientos.

-Mira, en realidad, al pasar la mañana fuera de casa, lo que he pretendido realmente es que, al menos, por un rato, te olvides del móvil y del ordenador. Ya sé que hoy día las tecnologías son necesarias, como se suele decir, “renovarse o morir”. Pero ten en cuenta que siempre haciendo un buen uso de ellas y si te sirven como instrumento para tener una buena formación, pues mucho mejor. Nunca, bajo ningún concepto, te sientas sujeto a ellas ni que tu vida dependa de ningún aparato electrónico. Tú eres libre y debes tener la capacidad de saber observar todo lo que ocurre a tu alrededor. Disfruta de cosas sencillas, como, por ejemplo, un paseo, leer un buen libro y sumergirte en las fascinantes historias que se desarrollan en él, sal fuera y juega con tus amigos. Esto hará que tus relaciones sociales se amplíen y conozcas a más gente. Apaga la tele de vez en cuando y charla con tus padres. Todo esto que te he dicho te hará comprender que verdaderamente se disfruta mucho más con las cosas sencillas y que la esencia de nuestra existencia radica en saber valorar lo que poseemos y no aspirar a metas inalcanzables. Es una pena que los tiempos hayan cambiado tanto, antes aunque tuviéramos menos posibilidades, éramos más felices. Esto se debía a que teníamos más imaginación. De una simple cuerda y un par de botones podíamos fabricar un juguete. A esto se le llama fomento de la creatividad.

-Abuelo, ¿sabes qué? Hoy lo he pasado muy bien y no he echado de menos nada. He pasado de ver una pantalla de ordenador a descubrir otro mundo muy distinto, lleno de sensaciones nuevas. Me gustaría repetir esta experiencia cualquier otro día. Y, sobre todo, me ha encantado estar contigo.

- Me alegro de que haya sido así. Vámonos ya, que mis piernas ya no son lo que eran y necesito un descanso.

Cogiéndolo de la mano y marchando hacia su hogar, el abuelo dibujó una sonrisa en su rostro con la satisfacción del deber cumplido.

 

Vino Amontillado

 

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